Desde
Diciembre del 2014 he estado renovando mi concepto sobre el arte y la economía
que lo envuelve. Como investigadora en el Instituto de Altos Estudios en
Artes Platicas IHEAP en Paris y asociada a la Bienal de Paris, trato de
concebir, junto a mis compañeros, un nuevo entorno para las artes visuales que
marque el siglo XXI, partiendo del acto de sustracción como premisa y
moviéndose dentro del concepto de lo invisible o "invisual" como lo
denomina el director del Instituto y de la Bienal.
El grupo de trabajo esta conformado por profesionales en diferentes campos
donde hay 5 artistas, 3 joyeros, 3 arquitectos, 1 fisioterapeuta, 1 profesora
de lenguas, 1 gerente musical, 1 historiadora de arte, 2 poetas. El
contacto con los conferencistas de diversas profesiones, no necesariamente
dentro del medio del arte, nos han nutrido vastamente. Médicos,
geógrafos, matemáticos, filósofos, arquitectos, urbanistas, paisajistas, chefs,
sociólogos, psicólogos, parapsicólogos, chamanes, filólogos, lingüistas,
artistas, gerentes en arte,
coleccionistas, críticos, periodistas, etc. nos han abierto el
entendimiento a este nuevo concepto.
La Bienal de
Paris con su larga trayectoria que data
desde 1959, en la actualidad niega y evade las exposiciones y los
objetos de arte, guarda como estrategia mantenerse en estado liquido, es decir,
una vez rebozado el espacio, fluir al próximo, así como favorece las practicas
con ese carácter ya que finalmente, no hay ninguna prueba de que el arte sea
dependiente del objeto de arte.
Este trabajo sobre la sustracción pretende marcar de una nueva tendencia
donde diferentes artistas insisten en romper con los canones establecidos, como
producir un objeto para ser vendido y optar por imaginar acciones artísticas
con las cuales sea posible desarrollar una nueva economía. Puedo citar a Joseph
Beuys, Anish Kapoor, , Rebeca Horn
Gerhard Richter y tantos mas como
seguidores de los conceptos de base de la Bienal de Paris asi como los mas
recientes Hubert Renard, Paul Robert, Stephen Wright, Ghisland Mollet-Viéville,
Susan Sontag, Florian Bonniot, Jean Baptista Farkas, siendo este ultimo uno de
mis tutores.
Algo muy
interesante que conservaré como raíz para nutrir mi objetivo es el hecho de que
la palabra “arte” es ambigua, según su definición (1). Si bien toda manifestación desde su
principio, vestigios de la existencia del hombre en las cuevas de Lascaux, Stonehenge, los Moai en la Isla
de Pascua, civilizaciones extintas, dejaron todas estas obras como testimonio
de su vida y costumbres, no sabemos a ciencia cierta en que momento comienza su
comercialización desmedida, suponemos que nace en el renacimiento (2).
(1)El arte
(del latín ars,
artis, y este del griego
τέχνη téchnē)1 es entendido generalmente como cualquier
actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética y también comunicativa, mediante la
cual se expresan ideas,
emociones o, en general,
una visión del mundo,
a través de diversos recursos, como los plásticos,
lingüísticos,
sonoros, corporales y
mixtos.2 El arte es un componente de la cultura, reflejando en su
concepción los sustratos económicos
y sociales, y la transmisión
de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del
espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte
tuvo en principio una función ritual,
mágica o religiosa (arte
paleolítico), pero esa función cambió con la evolución del ser
humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental.
La noción de arte continúa sujeta a profundas
disputas, dado que su definición está abierta a múltiples interpretaciones, que
varían según la cultura, la época, el movimiento, o la sociedad para la cual el
término tiene un determinado sentido. El vocablo ‘arte’ tiene una extensa
acepción, pudiendo designar cualquier actividad humana hecha con esmero y dedicación,
o cualquier conjunto de reglas necesarias para desarrollar de forma óptima una
actividad: se habla así de “arte culinario”, “arte médico”, “artes marciales”, “artes de
arrastre” en la pesca,
etc. En ese sentido, arte es sinónimo de capacidad,
habilidad, talento, experiencia. Sin embargo, más comúnmente se suele
considerar al arte como una actividad creadora del ser humano, por la cual
produce una serie de objetos (obras de arte) que son
singulares, y cuya finalidad es principalmente estética. En ese contexto, arte
sería la generalización de un concepto expresado desde antaño como “bellas artes”, actualmente
algo en desuso y reducido a ámbitos académicos y administrativos.
De igual forma, el empleo de la palabra arte para designar la realización de
otras actividades ha venido siendo sustituido por términos como ‘técnica’ u ‘oficio’.
El término arte procede del latín ars, y es el
equivalente al término griego
τέχνη (téchne, de donde proviene ‘técnica’). Originalmente
se aplicaba a toda la producción realizada por el hombre y a las disciplinas
del saber hacer. Así, artistas eran tanto el cocinero, el jardinero o el constructor, como el pintor
o el poeta. Con el tiempo la
derivación latina (ars -> arte) se utilizó para designar a las
disciplinas relacionadas con las artes de lo estético y lo emotivo; y la
derivación griega (téchne -> técnica), para aquellas disciplinas que
tienen que ver con las producciones intelectuales y de artículos de uso.3
En la actualidad, es difícil encontrar que ambos términos (arte y técnica) se
confundan o utilicen como sinónimos.
http://www.dicolatin.fr/FR/LAK/0/ARS/index.htm
O bien, mas resumido, el arte es el concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser humano para expresar una visión sensible acerca
del mundo, ya sea real o imaginario. Mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, el arte permite
expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones.
(2) Renacimiento
es el nombre dado a un amplio movimiento
cultural que se produjo en Europa Occidental durante
los siglos XV
y XVI. Fue un período de
transición entre la Edad Media
y los inicios de la Edad Moderna.
Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también
se produjo una renovación en las ciencias,
tanto naturales
como humanas.
La ciudad de Florencia,
en Italia, fue el lugar de
nacimiento y desarrollo de este movimiento, que se extendió después por toda
Europa.
El Renacimiento fue fruto de la difusión de las
ideas del Humanismo,
que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El término
«renacimiento» se utilizó reivindicando ciertos elementos de la cultura
clásica, griega y romana. El término se aplicó originariamente como
una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre
de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida
y dogmática establecida en
la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el
mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política, la filosofía y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por
cierto antropocentrismo.
En este sentido, el historiador y artista Giorgio Vasari (1511-1574) formuló una idea
determinante: el nuevo nacimiento del arte antiguo (Rinascitá), que
presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente
nuevo. De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición
artística medieval, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más
tarde recibirá el calificativo de Gótico. Sin embargo, los
cambios tanto estéticos como en cuanto a la mentalidad fueron lentos y
graduales. El concepto actual de renacimiento será formulado tal y como
hoy lo entendemos en el siglo XIX
por el historiador Jules
Michelet.
Desde una perspectiva de la evolución artística
general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad
estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».
El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde
los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura
europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las
novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el
inicio de la Edad Moderna,
marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos
que pusieron en contacto a Europa
y América, la descomposición
del feudalismo, el ascenso de
la burguesía
y la afirmación del capitalismo.
Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor
extensión en el tiempo el ámbito renacentista.
http://iheap.fr/historique/
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