16/4/11

PROYECTO TIERRA VERDE


TIERRA VERDE (instalación)
(…”Hasta cuándo la mano del bosque en la lluvia
me avecina con todas sus agujas
para tejer los altos besos del follaje?
Otra vez
escucho aproximarse como el fuego en el humo
nacer de la ceniza terrestre,
la luz llena de pétalos,
y apartando la tierra
en un río de espigas llega el sol a mi boca
como vieja lágrima enterrada que vuelve a ser semilla.

Pablo Neruda
Naciendo en los bosques




Embrujo y encanto al percibir la fronda amarilla de los araguaneyes, o atravesar un tunel violeta de transmutación, o por las frondas doradas del otoño, o por una mancha vegetal roja, ocre o naranja que danza sobre la paleta de colores a medida que cambian las estaciones. Es la luz, la que nos ofrece esa magia. Luz brillante de los trópicos, luz matizada de las latitudes intermedias o luz de invierno eterno, luz nocturna o diurna, siempre es ella la responsable de nuestras percepciones visuales de la naturaleza y la vida. Ella en la penumbra de la selva desencadenando misterio y magia. Luz en el silencio de la sabana, silencio que tortura la escucha.
En silencio, erecta y dorada emerge una columna, tronco virtual y ramaje de oro sinuoso, besos y abrazos en conjunción, dorado ídolo, lo mas preciado, elevado, adorado. Tronco y ramaje sirven de apoyo a una fronda verdigris que desfragmentada asciende en espiral, buscando salida hacia la perennidad como su único destino.
Se podría imaginar el viaje progresivo de estas frondas en fragmentos minúsculos como polvo estelar, pertenecientes a su cíclica muda, esparciéndose en la tierra con dirección al renacer de su nueva etapa, en una explosión colorida donde todas las especies de su género se reúnen para conjurar su existencia, en su amalgama de tonos. Un bosque multicolorido como poema del alma enmarcado por un jardín natural como poema urbano sirve de reflejo a los sueños, necesidades y contradicciones humanas de fundir la inmensidad del medio natural con el fragmento del recuerdo. Ventanal como marco, concepto yuxtapuesto, natural-artificial, poema y realidad.
Al final, entre punto, línea, plano y espacio, herramientas del imaginario y la lógica, de la locura y la razón, uno de sus estados, el árbol, elevándose hacia la búsqueda del infinito celeste, el otro, el bosque florido, extendiéndose en la horizontal buscando cerrar el circulo terrestre, buscan manifestar el acto de la crucifixión como un tercer estado. Imaginaria condición como presagio de la extinción, el renacimiento y la re-creación.

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